Yo no soy el nene malo
Yo soy el poeta Malo
De esta pena viviente
Ahora ya no soy el mismo
De aquellos tiempos de antaño
Me encuentro sepultado vivo
En este mundo de cementos,
Solamente soy un número
Entre muchísima gente.
La verdad que todo ha cambiado
Desde que me apresaron
Hoy mis gestos no transmiten
Rayos calidos de alegría,
Al igual que mi comportamiento
Más maldito, más loquito.
Un hombre de pocas pulgas
Un preso bien resentido.
Cuando me levanto bien temprano
Como de costumbre todos los días
Sobre mi carácter reflexiono
Sin lograr, ni comprender
¿Porque me vuelvo maldito?
Quizás sea la rutina
O la frustración de mi destino,
Quizás sea el cansancio provocado por este encierro
O quizás sean estas rejas
Que hoy me aíslan de ella.
En esta gran soledad
Que me ha tocado vivir
Lánguida es mi esperanza
Si no me dejan salir.
Dicen los verdugos gigantes
Que el tiempo aplaca a la persona
A los obstinados, tercos, duros, y porfiados.
Y con esa brutal enseñanza de redundancia
Se burlan de todos nosotros.
Me pregunto como tantas veces
Una fantasiosa utopía:
¿Que seria de la vida si no habría mal vivientes,
Chorros de guantes blancos, políticos
narcotraficantes,
Demócratas asesinos, como los EE.UU.?
Las inefables cosas de un mundano anticristo
Que por culpa de unos cuantos políticos
Se aparto de sus buenos caminos.
Seria como el paraíso de Adán y Eva
En un principio o la beatitud de Dios eterna
De que no halla más rejas.
Las cárceles no existirían,
Quedarían en el olvido.
Pero habría un gran problema
En este mundo
ficticio
CONTINUARA........
CONTINUARA........
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