martes, 4 de diciembre de 2012

EL DUENDE ROJO


Dentro de un anfiteatro templo de cementos
Un duende rojo camina sereno
Por las tardes juega futbol
Para colmar sus consuelos.
La pena es grande como su prestigio
Aun quedaron los lamentos que se mando en el pasado
En aquella ciudad violenta, que lo llevo a las rejas.
La proeza su fiel compañero
El cannabis su delirio pleno,
Zagas era su vida en las tinieblas
Y su dinámica sabiduría,
Lo exaltaba en lo que hacía.

A los duendes si lo ven
En la realidad aparentan ser malos,
Pero en pensamientos abstracto
No lo dejamos tranquilos.
Lo dibujamos en cualquiera, nos tatuamos, los imprimimos
En remeras y cosas infinitas.

Dicen que son mezquinos,
Porque cuidan su tesoro.
Quizás sea verdad, 
Pero yo pues como otro duende negro
Te digo que es falsedad.

Que jamás se apodere de ti
El tacaño, vil o el ingrato,
Con un duende de verdad
Porque la vas a lamentar.

La maldición no te tocara,“de encontrarte con la kara”
si compartes tu gloria
Fumaras para siempre.

Cuando las brasas
Lleguen a los 5 cm de consumo,
Cuando te sobre una tuca sincera,
Tírala en tierra buena y desierta.
Seguro estará ese duende
Acechando por su presa,
Matando sus peores días,
Matemos a la abstinencia.

Si sale del corazón, de rolo o del bobo,
Bendito serás tu,
Ante los ojos del Dios duende
Que por tu buena actitud,
Otro infeliz cargara tu cruz.

Cuando al punto lo explores
Sonriendo, a esa tuca bendita
Crecerá el rojo satélite de tus ojos.
El delirio de la mente placentera.
La razón en locura extrema,
El sativa es quien gobierna.

Duende amigo, duende rojo
Dueño y señor de las risas,
Ábrenos la puerta de tu paraíso
De la locura más linda.

¿Quieres  saber algo mas? para no hacerla tan larga
Los duendes somos nosotros,
Amaos los unos a los otros,
Como hermanos, como duende
¡Si compartimos toditos
Viviremos para siempre!

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