lunes, 17 de septiembre de 2012

EL COCAINOMANO



Fueron días blancos de neblina
En que extinguidos pingüinos mal vivientes,
Convidaban a mi frágil alma ignorante,
Aquel objeto solidó tenue,
De fuerte color nieve.

Y sin dudar……………
Curiosamente te topaste,
Tropezaste frente a ella,
Sin darte cuenta, te enganchaste………
Pescado tonto, ¿no lo ves ¿
Es un anzuelo hacia la muerte.

¡Maldigo  el día que la contemplaste
Y la olfateaste!
Hasta aspirarla plenamente.
¡Espíritu impío!
Recuerdo irritante cuando
Lentamente empezaste a triturarla,
Para dejarla como una montaña alta
De  grosso anestésico espesor..

Nuevamente me nacieron las ansias
De volver a aspirarte,
Líneas largas, saques cortos,
Líneas cortas, saques y más saques.

Entraste en lo más profundo de mí ser
Amargamente y  fluidamente descendiste,
En mi gargüero, cayéndote al vació,
Como un niño por un tobogán
Te deslizas cocaína.

Amante  maniaca del placer,
Exaltadoras de corazones,
Mis sentidos, dinámicos se volvieron,
Mi rostro deformado,
Mis ojos grandes de gigante,
Un hombre duro,
Enfermo en el delirio, triste solitario
Y enroscado en el olvido.

Porque la pura verdad,
La vida me abrió los ojos
Viendo tu gran exterminio
Y no como con ella
Abierto grandemente no veía mi suicidio.

Haciéndola corta pequeño adolescente
Esta gilada te arruina, te jode a ti,
Quedando sin familia, sin amigos, sin vecinos.
Como pinochet para el día del amigo,
Si no corres la mala suerte de Sísifo
En aquellos valles de tortura,
Donde la cocaína es glorificada
De noche y de día,
Cínicamente masticando tu mente.



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